Clash of Clans free to play pay to win

O mejor dicho “Free to play, pay to win”, como dijo recientemente un alumno.
Este nuevo modelo de negocio es una de las peores cosas que le está ocurriendo a los videojuegos y a los jugadores de la actualidad. Para describirlo brevemente el asunto funciona así: el juego es gratis, pero se agregan una serie de elementos pertenecientes al juego que se pueden comprar con dinero real. Esto rompe con el esquema de juego tradicional y genera para una nueva variable dinero que altera el equilibrio del juego. Los elementos pueden ser, upgrades como armas, misiles, balas, armaduras, o mejoras visuales, mapas, personajes, elementos para hacer magia, puntos de habilidad, tiempo, vidas o cualquier otro elemento que haga que sea posible un avance en el juego.
Este tipo de juegos son peligrosos. Para empezar, su principal objetivo no es divertir al jugador, sino obligarlo y someterlo a una adicción para que gaste la mayor cantidad de plata en el menor tiempo posible. En la mayoría poder avanzar en el juego sin gastar plata real es casi imposible. Estos juegos aprovechan la vulnerabilidad humana de la adicción al juego.
También aprovechan la ansiedad de querer jugar, porque utilizan el tiempo de espera como variable de sometimiento hacia el jugador. Ejemplo: ¿Querés volver a jugar? Comprá un pack de vidas, o esperá 30 minutos. Estas insólitas técnicas malignas atentan contra la libertad básica de jugar.
Desafortunadamente están teniendo un gran éxito comercial, sobre todo en las plataformas móviles y las redes sociales, en donde es sencillo armar un esquema de negocio para vender elementos dentro de la aplicación.
Hace un tiempo jugué Bombshells: Hell’s Belles y llegué hasta un nivel en el cual era imposible avanzar si no compraba nuevo armamento y nuevos aviones. Y más recientemente jugué Metalstorm Aces con un desenlace similar. Esperar ocho horas el upgrade de cincuenta misiles, que se gastan en un dogfight de cinco minutos o comprarlos y no esperar nada. Es decir, cada vez que disparo estoy gastando plata, eso desde el punto de vista del juego es verdaderamente insólito, desde el punto de vista del negocio es malignamente ingenioso y vil. Imaginen si compráramos un juego de ajedrez en donde el fabricante del juego nos cobrara cada vez que jugamos, o si jugáramos al truco, y se pudieran comprar las cartas más valiosas. El equilibrio resultaría alterado, y jugar cien partidas de ajedrez nos costaría mucho dinero.
Algunos ejemplos de estos juegos son: Candy Crush Saga, Metalstorm: aces, Bombshells: Hell’s Belles, Clash of Clans, Order and Chaos, Eternity Warriors, los juegos de Zynga, que ni siquiera deja navegar el sitio sin crear una cuenta o asociar la de Facebook para enviar invitaciones virales y podría seguir unas cuantas horas citando infames ejemplos de juegos como estos.
Definitivamente las personas y empresas que desarrollan este tipo de juegos no tienen escrúpulos y en lo único que piensan es en incrementar sus ganancias aprovechando la ansiedad de los jugadores, sin importar ni siquiera su edad.
Con este tipo de juegos, y sumando las novedosas características de la Xbox One, las tecnologías propietarias, los convenios de las empresas de consolas con los desarrolladores para lograr la exclusividad de los juegos como Uncharted, parecería que el concepto de Libertad no forma parte del mundo del software y menos que menos del mundo gamer.
Finalizando y recordando el tema de la película Juegos de Guerra de 1983, la mejor jugada para estos juegos es no jugar.